La semana pasada, María, una maestra de 34 años, se sentó en mi oficina con lágrimas en los ojos. «Dra. José», dijo, «he gastado miles de dólares en tratamientos para la celulitis en los últimos cinco años. Nada funciona y el dolor empeora». Cuando examiné sus piernas, el patrón simétrico de distribución de la grasa y la sensibilidad que describió contaron una historia diferente, una historia que he escuchado innumerables veces en mi consultorio. María no tenía una celulitis persistente; tenía un lipedema, una afección médica progresiva que requería un enfoque de tratamiento completamente diferente.
Como especialista en el tratamiento del lipedema y cofundadora de Lipedema Team, he visto a cientos de pacientes como María, que inicialmente confundieron el lipedema con la celulitis. Si bien ambas afecciones afectan la apariencia de la grasa corporal, sus causas subyacentes, sus implicaciones para la salud y las necesidades de tratamiento son fundamentalmente diferentes. Exploremos estas diferencias desde el punto de vista de la ciencia médica sin dejar de mantener nuestro debate práctico y práctico.
Comprensión de las diferencias fundamentales
Piensa en la celulitis como una variación normal de la estructura de la grasa debajo de la piel, como el acolchado natural de un colchón. El lipedema, por otro lado, se parece más a un cambio progresivo en la naturaleza misma del tejido adiposo, que afecta tanto a su distribución como a su función. El lipedema es una afección médica crónica que afecta principalmente a las mujeres, mientras que la celulitis es una característica estética común que la mayoría de las mujeres experimentan, independientemente de su peso o nivel de condición física [1].
«La distinción entre el lipedema y la celulitis no es solo académica, sino que cambia radicalmente la forma en que abordamos el tratamiento y los resultados que podemos esperar. Comprender esta diferencia puede ahorrarnos años de frustración y tratamientos ineficaces» [2].
Características de identificación clave
Vamos a desglosar las características que diferencian a estas condiciones:
Características del lipedema:
- Acumulación simétrica de grasa en piernas y/o brazos
- Dolor y sensibilidad en las zonas afectadas
- Fácil formación de moretones por pequeños impactos
- Resistente a la dieta tradicional y al ejercicio
- Empeoramiento progresivo con el tiempo
- Distintivo efecto de «manguito» en los tobillos y las muñecas
- Puede afectar significativamente a la movilidad
Características de la celulitis:
- Apariencia de «piel de naranja» con hoyuelos
- Afecta a la mayoría de las mujeres (90%) independientemente de su peso
- Suele aparecer en los muslos, las nalgas y el abdomen
- Sin dolor ni sensibilidad asociados
- Puede mejorar con la pérdida de peso y los cambios en el estilo de vida
- No afecta la movilidad ni las actividades diarias
- Preocupación puramente cosmética
La importancia clínica
Cuando examino a los pacientes, busco signos específicos que diferencian el lipedema de la celulitis. Por ejemplo, el caso de María se presentó con varios indicadores clásicos de lipedema:
- Distribución bilateral y simétrica de la grasa
- Sensibilidad al tacto
- Un historial de aparición fácil de hematomas
- Acumulación de grasa que salvó sus pies, creando un «manguito» distintivo en sus tobillos
Estos hallazgos contrastan marcadamente con las presentaciones típicas de la celulitis, que muestran:
- Patrones de hoyuelos aleatorios
- Sin distribución sistemática
- Ausencia de dolor o sensibilidad
- Sin impacto en las actividades diarias
Para una comprensión más profunda del diagnóstico del lipedema, lea nuestro artículo sobre Por qué el lipedema a menudo se diagnostica erróneamente.
Impacto en la vida diaria
Las implicaciones de estas condiciones difieren significativamente:
Lipedema:
- Limitaciones físicas progresivas
- Dolor y malestar crónicos
- Angustia psicológica por un diagnóstico erróneo
- Necesidad de un tratamiento médico continuo
- Posibles problemas de movilidad si no se tratan
Celulitis:
- Principalmente problemas estéticos
- Sin limitaciones físicas
- Sin impacto en la salud general
- Tratamientos estéticos opcionales
Enfoques de tratamiento
Las estrategias de tratamiento para estas afecciones son tan diferentes como sus causas subyacentes:
Tratamiento del lipedema:
- Evaluación médica integral
- Terapia compresiva
- Drenaje linfático manual
- Programas de ejercicios especializados
- Enfoques dietéticos antiinflamatorios
- Intervención quirúrgica en casos avanzados
Para obtener información detallada sobre las opciones de tratamiento, visite nuestro guía completa de tratamiento.
Tratamiento de celulitis:
- Tratamientos tópicos
- Técnicas de masaje
- Procedimientos no invasivos
- Estado físico general y nutrición
- Intervenciones cosméticas
«El éxito de cualquier intervención depende en gran medida de un diagnóstico preciso. Tratar el lipedema como si fuera celulitis no solo desperdicia tiempo y recursos, sino que también puede permitir que la afección progrese sin control» [3].
Cuándo solicitar una evaluación médica
Si reconoce alguno de estos signos, debe considerar una evaluación profesional:
- Dolor o sensibilidad en las zonas grasas
- Fácil formación de moretones
- Distribución simétrica de la grasa
- Acumulación de grasa resistente a la dieta y al ejercicio
- Empeoramiento progresivo de los síntomas
- Efecto distintivo de «manguito» en los tobillos o las muñecas
¿No estás seguro de si tienes lipedema? Toma nuestro rápido Cuestionario de 7 preguntas para obtener información personalizada sobre sus síntomas.
Un camino hacia adelante
La historia de María tuvo un giro positivo. Una vez diagnosticada correctamente, comenzó el tratamiento adecuado, que incluía una terapia de compresión y un drenaje linfático especializado. Seis meses después, informó de una mejoría significativa en sus niveles de dolor y movilidad. «Si tan solo hubiera notado la diferencia antes», me dijo durante una visita de seguimiento. «Podría haberme ahorrado años de frustración».
Comprender la diferencia entre el lipedema y la celulitis es crucial para recibir la atención adecuada. Si bien la celulitis puede ser un problema estético que puede abordarse mediante varios tratamientos estéticos, el lipedema es una afección médica que requiere un diagnóstico adecuado y un tratamiento integral para evitar la progresión y las complicaciones.
Si reconoces los síntomas del lipedema en ti o en alguien que conoces, no esperes más para buscar una evaluación profesional. El diagnóstico y el tratamiento tempranos pueden marcar una diferencia significativa a la hora de controlar la afección y mantener la calidad de vida. Considere la posibilidad de tomar nuestro cuestionario de autoevaluación como primer paso para entender sus síntomas.
Recuerde, ya sea que tenga un lipedema o celulitis, el conocimiento es poder. Comprender estas diferencias es el primer paso hacia un tratamiento adecuado y mejores resultados.
Referencias:
- Kruppa, P. y col. (2020). Lipedema: patogénesis, diagnóstico y opciones de tratamiento. Deutsches Arzteblatt International, 117 (22-23), 396. https://doi.org/10.3238/arztebl.2020.0396
- Reich-Schupke, S. y otros (2017). Pautas S1: Lipedema. Journal der Deutschen Dermatologischen Gesellschaft, 15 (7), 758-767. https://doi.org/10.1111/ddg.13036
- Bertsch, T. y col. (2020). El lipedema: un cambio de paradigma y un consenso. Journal of Wound Care, 29 (sup11B), págs. 1-51. https://doi.org/10.12968/jowc.2020.29.Sup11b.1
- Crescenzi, R. y otros (2018). El contenido de sodio tisular es elevado en la piel y el tejido adiposo subcutáneo en mujeres con lipedema. Obesidad, 26 (2), 310-317. https://doi.org/10.1002/oby.22090
- Al-Ghadban, S. y otros (2019). Microvasos sanguíneos y linfáticos dilatados, angiogénesis, aumento de macrófagos e hipertrofia de adipocitos en el lipedema, la piel del muslo y el tejido adiposo. Revista de obesidad, 2019, 8747461. https://doi.org/10.1155/2019/8747461
- Szél, E. y col. (2014). Dilemas fisiopatológicos del lipedema. Hipótesis médicas, 83 (5), 599-606. https://doi.org/10.1016/j.mehy.2014.08.011